Ladrones de recuerdos - 10 pretextos que te están robando tus fotos

Las fotos que guardamos, tienen la mágica habilidad de hacernos volver a momentos específicos. Algunos que tenemos muy presentes y otros que están más escondidos en nuestras memorias. Esta es una de las razones por las que amo las fotos y el poder congelar tus momentos en familia. Para que cuando veas los álbumes puedas sentir de nuevo esas manitos pequeñitas que te abrazan, el olorcito de tu bebe recién nacido o recordarle a tu hijo eso que jugaban juntos cuando él era niño.

Lo que yo propongo a mis clientes es pasar con ellos medio día y dejarles un álbum de fotos que muestra cómo es su vida hoy: Las cosas que hacen juntos, como se miran, las aficiones y las muecas que a veces cambian con el tiempo. Es una sesión que no requiere planes especiales, poses, ni nada fuera de lo común. Seguro, como muchos, tú también piensas que es una genial idea, pero tienes dudas. ¿Te suena algo de esto?:

  1. “Estoy esperando el buen momento”. Es genial poder registrar grandes eventos pero no hay que olvidarse de los pequeños instantes también. Seguro tienes fotos de los primeros pasos de tu bebé o el primer diente que le salió o que se le cayó, pero ¿y esos abrazos tan ricos que te da cada día?, ¿o el momento de leerle su historia en la noche? ¿Qué hay de esas veces en que lo cargas dormidito para llevarlo a su cama?… Reconocemos muy bien las primeras veces, pero crecen tan rápido que a veces las últimas pasan sin darse cuenta y ya no tienes registro de esos momentos tan lindos.
  1. “Mi casa no es de revista” (o está muy desordenada, es muy oscura, o falta poco para hacer esa remodelación que queríamos). Nada de eso es importante, porque mi foco está en mostrar a tu familia, para que más adelante recuerdes cómo era tu vida hoy. Esto también puede llevarnos al parque donde siempre salen a pasear, a la ciudad, a la playa, a la casa de los abuelos, etc. La idea es que al ver tu álbum, puedas volver a sentir lo divertido de jugar juntos, reírte mientras te ves en posiciones imposibles tratando de cambiar a tus hijos o recordando sus travesuras, que sientas el calor de la luz que entra por la ventana y los aromas de los platillos que cocinaban juntos.
  1. “Yo tomo fotos con mi celular”. Y eso ¡es excelente! Yo siempre recomiendo que vayas guardando una selección para poder hacer un álbum anual de recuerdos y que tus fotos no queden perdidas entre tantas otras imágenes de tu teléfono. El extra que te ofrezco yo, aparte de mis conocimientos en composición, fotografía, etc, es el hecho de que tú también aparezcas en las fotos. Que tus hijos puedan verte a ti también en el álbum de su vida.
  1. “Pero yo no estoy en mi mejor momento”. Como sabrás nadie es perfecto y la gran mayoría no estamos 100% contentos con nuestro cuerpo, pero para tus hijos ¡tú eres el ser más hermoso del universo! Ellos querrán verte en sus fotos de infancia, querrán recordar los juegos que jugaban contigo y tus abrazos. A mí me encantaría tener más fotos del día a día con mis padres y hermanos.
  1. “No se posar”. ¡Perfecto! Solo tienes que vivir tu vida. No te preocupes que yo iré buscando los ángulos y la mejor manera de contar la historia de tu familia. Las fotos te harán recordar instantes precisos, sentir emociones y ver esas, risas, juegos y miradas. 
  1. “No tengo tiempo”. Es verdad que todos andamos a mil por hora, pero justamente en un reportaje de familia sólo tienes que seguir con tu día normal para que yo pueda contar tu historia en fotos. Así que no es necesario preparar actividades especiales ni reservar bloques de tiempo vacíos.
  1. “Pero, no hacemos nada interesante en un día cualquiera”. Las cosas que hoy son simples y comunes, mañana significarán todo para ti y tu familia. Podrás reconocerte en esas cosas que siempre hacen juntos y descubrir otras cuantas que sucedían mientras tu no estabas mirando. Si realmente te preocupa ese tema, ahí estaré yo para que juntos elijamos el mejor momento. Buscaremos la parte del día que tenga más rutinas que quieres recordar o el momento en que hagas las actividades que más disfrutan en familia.
  1. “A mi pareja no le gustan las fotos ni los extraños en casa”. Antes de la sesión tendremos tiempo de conocernos y convencer a tu pareja. Y el día de la sesión será un día normal y corriente. Es verdad que al principio puede que noten mi presencia y mis fotos, pero poco a poco se irán relajando y las fotos mostrarán la esencia de tu familia.
  1. “No necesito más fotos”. Sé que probablemente sacas muchas fotos con tu teléfono o incluso con tu cámara, pero si eres como la mayoría de personas, es probable que olvides imprimirlas, y van quedando enterradas en memorias digitales que pueden malograrse o perderse. Mis reportajes vienen acompañados de un álbum de fotos, aparte de las fotos digitales, lo cual te permitirá tener tus recuerdos al alcance de la mano.
  1. “No tengo dinero”. Todos tenemos cuentas que pagar y cosas que queremos comprar y ajustamos nuestros presupuestos de acuerdo a esto. Nos guiamos por el valor que le damos a las cosas. Un reportaje de familia puede no parecer muy valioso ahora, comparado con otras cosas, pero ¡en el futuro será un verdadero tesoro! Tendrás la posibilidad de recordar junto hijos y/o nietos esas rutinas tan lindas que tienes hoy en día. Tus hijos podrán ver dónde vivieron y las cosas que hacían de bebes, cosas que probablemente no recuerden sin esas fotos. Si aún así te parece una inversión muy alta para pagar de una sola vez, siempre podemos armar un plan de pago y hacer que este tesoro se pague en pequeñas cuotas.

Hablemos y te cuento más.

¿Qué es un Reportaje de Familia?

La fotografía documental de familia, es un registro de un período de tu vida, tal cual sucede. Es un tipo de fotografía donde no necesitas posar, porque estás simplemente viviendo mientras yo voy captando con mi cámara todas esas escenas que luego querrás recordar con nitidez. Verás las expresiones típicas de tus hijos y podrás sentir el aroma de tu casa, mientras recorres escenas vividas en familia. No solo quedarán registradas las caritas de admiración y alegría de tus hijos mientras juegan contigo y el amor que hay en esos abrazos de manos pequeñitas, sino también podrás recordar las rutinas que tienen juntos: La hora del baño, el cuento de la noche, e incluso algunos momentos que los harán reír en el futuro, como cuando se trepaba encima tuyo mientras intentabas trabajar un poco. Cosas que querrás revivir en 20 años más, cuando tus peques se vayan a vivir a otro país o estén ilusionados esperando a su primogénito.

Pero estas fotos no son solo para ti, son sobre todo para ellos. Para que cuando crezcan, puedan ver cada detalle de la casa donde vivieron de pequeños y a qué jugaban con sus hermanos y sus padres en esas épocas de las que no recuerdan mucho. Para que sientan ese abrazo apretado que le dabas y cuando tengan hijos, se vean también identificados en esa mezcla de alegría y cansancio que es a veces el ser padres. Serán excelentes motivos para comenzar conversaciones de cómo era esto o aquello y sentir nuevamente lo que vivimos ahora.

En una sesión de Reportaje, no necesitas separar tiempo especial para ella ni vestirte de una manera diferente. Este tipo de sesión consiste simplemente en acompañarte durante el día e ir sacando fotos de las cosas que sueles hacer y los lugares donde pasas tu día. Seré como un reportero particular que quiere contar tu historia.

El fotógrafo, se ajusta al espacio y condiciones de luz existentes, tratando de buscar el mejor ángulo para contar tu día a día. No me verás encendiendo ni apagando luces, ni moviendo cosas en tu casa. Sí que me podrás ver de panza en el suelo, mientras saco una foto de tus hijos por debajo de la mesa del comedor, o empotrada en una esquina para captar todos los detalles de la habitación.

Y en medio del correteo y la calma que será seguirte en tu día, si así lo quieres, podemos tomar un tiempo para tener también esa foto de todos juntos sonriendo. Aunque ésta no será la protagonista del día. Ya quisiera yo tener menos fotos de todos mirando a la cámara en los viajes, y más fotos de las cosas que hacíamos en esos lugares, más fotos de cómo jugaba con mis hermanos e incluso ver una secuencia de cómo cambiaban nuestras aficiones cada año. Ese es un regalo que sí quiero dejarle a mis hijos.

Si quieres saber más, no dudes en dejarme un mensaje o comentario. ¡Estaré feliz de contestarte!